El Elemento de Éter




   Se considera que el Éter es la fuente -la fuerza primaria y formativa- de la que fluyen los otros cuatro elementos. Todo viene del Éter y vuelve a él; es la matriz sobre la que se construyen todas las formas físicas. Cercioraos de que el Elemento Éter está equilibrado en vosotros cuando necesitéis fortalecer vuestra conexión espiritual.

   Si se resalta el Elemento de Éter, tenéis que nutrir y alimentar vuestra alma y sacar tiempo para actividades espirituales. Restablecer vuestros contactos y conexiones espirituales, y reflexionad cómo podéis ordenar vuestra vida para integrar lo Divino con lo físico.

   El Éter está asociado al Chakra de la Garganta y la frente con los Reinos Planetarios y Angélicos. Esa es la banda energética que hay entre los reinos celestial y físico. 

   Recurrid a los rayos sanadores del Éter cuando vuestra vibración celestial pase por cambios o cuando deseéis  sintetizar las influencias celestiales con vuestro vehículo terrenal. Cuando vuestro sistema de energía se halle en estado de flujo mientras esperáis formar nuevos patrones vibratorios, el Éter contiene el espacio y crea vacío al cuál podrán fluir esas vibraciones. Aunque el Éter carece de forma y es menos tangible físicamente que los otros elementos resulta esencial para vuestro bienestar, ya que impregna la totalidad de vuestro sistema de energía. Contiene el patrón de las posibilidades que vuestra alma puede ejercitar en esta vida.

   Para aprovechar las cualidades sanadoras del Éter, buscad terapias que consideren antes al alma que lo físico. Explorad las técnicas de sanación vibratoria, como el sonido, el color y las esencias de flores y minerales. Recordad que la vibración del terapeuta es más importante que la propia terapia,  así cercioraos que primero se trabaja a nivel del alma, con pureza de propósito y un canal lleno de luz clara. Daos tiempo y espacio suficientes para integrar las diversas corrientes de energía que danzan en vuestra vida.


FUENTE - INSPIRACIÓN - SÍNTESIS

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