Sobre Horror vacui



No puede ser (y además es imposible), fue el primer álbum del año 2017. Un trabajo quizá poco destacable o inspirado. Entre varios desaciertos, la línea de terror desarrollada en No puede ser parecía lo más rescatable. Mal presagio y Horror vacui sonaban bien para Sincronía.

Cuando Luimmi revisó el recopilatorio, Horror vacui le sorprendió favorablemente a pesar de que Carlos Mínguez, cuando escuchó el tema por primera vez, tuvo sus más y sus menos con algunos de los sonidos empleados, especialmente con aquel que denominó la cafetera. Pese a todo, Carlos se confesaba un gran seguidor de la línea de terror y tenía planeado rodar algún vídeo inscrito en este género. Fue así como surgió The doll, con Horror vacui como banda sonora.

Por lo demás, parecía que el proyecto del videojuego que había dado pie a impulsar la línea de terror no iba a materializarse. El autor de El viaje de Antonio perdería contacto con los desarrolladores y, aunque los temas de terror seguirían siendo recurrentes, al no existir ya una obligación expresa o formal de componerlos, irían reduciendo su número. Horror vacui se situaría en el ecuador de los años dorados de la estética de terror, que dieron comienzo con la publicación de El discóbolo y descendieron con la publicación del álbum The secret code.

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